Pronunciado por el Libertador Simón Bolívar el 15 de febrero de 1819, en el acto de instalación del segundo Congreso de Venezuela Fragmentos tomados de: http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/buscador/spip.php?article9987 Esta es una transcripción literal del manuscrito original del Discurso de Angostura, en consecuencia, el lector hallará la ortografía y la redacción propias de la lengua de la época.
Discurso del General Bolívar al Congreso de Venezuela
Señor.
¡Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la Soberanía Nacional
para que ejerza su voluntad absoluta! Yo, pues, me cuento entre los seres mas favorecidos de la Provincia Divina,
ya que he tenido el honor de reunir a los Representantes del Pueblo de Venezuela, en este augusto Congreso,
fuente de la autoridad legítima, depósito de la voluntad soberana, y árbitro del destino de la Nación.
Cuando transmito a los Representantes del Pueblo, el poder supremo que se me había confiado, colmo los votos
de mi corazón, los de mis conciudadanos, y los de nuestras futuras generaciones que todo lo esperan de nuestra
sabiduría, rectitud y prudencia. Al cumplir con este dulce deber, me liberto de la inmensa autoridad que me
agoviaba; como de la responsabilidad ilimitada que pesaba sobre mis débiles fuerzas. Solamente una necesidad
forzosa, unida a una voluntad imperiosa, por parte del Pueblo me habría sometido al terrible y peligroso encargo
de Dictador Gefe Supremo de la República. Pero ya respiro, devolviendoos esta Autoridad, que con tanto riesgo,
dificultad y pena he logrado mantener en medio de las tribulaciones más horrorosas que pueden afligir a un
Cuerpo Social.
No ha sido la época de la República, que he presidido, una mera tempestad política, ni una guerra sangrienta, ni una anarquía popular; ha sido, sí, el desarrollo de todos los elementos desorganizadores; ha sido la explosión de un torrente infernal que, ha sumergido la tierra de Venezuela. ¡Un hombre! y un hombre como yo! ¿qué Diques podría oponer al ímpetu de estas devastaciones? En medio de este piélago de angustias no he sido más que un vil juguete del uracan revolucionario que me arrebataba como una débil paja. Yo no he podido hacer, ni bien, ni mal: fuerzas irresistibles han dirigido la marcha de nuestros sucesos; atribuirmelos no sería justo, y sería darme una importancia que no merezco. ¿Quereis conocer los autores de los acontecimientos pasados y del orden actual? consultad los anales de España, de América, de Venezuela: examinad las Leyes de Indias el régimen de los antiguos mandatarios: la influencia de la Religión y el dominio extrangero: observad los primeros actos del Gobierno Republicano: la ferocidad de nuestros enemigos; y el carácter Nacional. No me pregunteis sobre los efectos de estos trastornos para siempre lamentables: apenas se me puede suponer simple instrumento de los grandes móviles que ha obrado sobre Venezuela. Sin embargo mi vida, mi conducta, todas mis acciones públicas y privadas son del dominio del Pueblo. ¡Representantes! vosotros debeis juzgarlas. Yo someto la historia de mi mando a vuestra imparcial decisión, y nada añadiré para escusarla; ya he dicho quanto puede hacer mi apología. Si merezco vuestra aprovación, habré alcanzado el sublime título de buen ciudadano preferible para mí, al de Libertador que me dió Venezuela, al de Pasificador que me dió Cundinamarca, y a los que el Mundo entero me puede dar. Legisladores: yo deposito en vuestras manos el mando Supremo de Venezuela. Vuestro es ahora el sublime deber de consagraros a la felicidad de la República: en vuestras manos está la balanza de nuestro destino, la medida de nuestra gloria: ellas sellarán los Decretos que fixen nuestra Libertad. Este momento el Gefe Supremo no es mas que un simple ciudadano; y tal quiere quedar hasta la muerte. Serviré sin embargo en la carrera de las armas mientras haya enemigos en Venezuela. Multitud de beneméritos hijos tiene la Patria capaces de dirigirla: talentos, virtudes, esperiencia, y quanto se requiere para mandar a hombres libres, son el patrimonio de muchos de los que aquí representan el Pueblo; y fuera de este augusto cuerpo, se encuentra ciudadanos que en todas épocas han mostrado valor para arrostrar los peligros, prudencia para evitarlos, y el arte en fin de gobernarse, y de gobernar a otros. Estos ilustres varones merecerán sin duda los sufragios del Congreso, y a ellos se encargará del Gobierno que tan cordial y sinceramente acabo de renunciar para siempre.
…
Echando una ojeada sobre lo pasado, veremos qual es la base de la República de Venezuela.
…
Al desprenderse la América de la Monarquía Española, se ha encontrado semejante al Imperio Romano quando aquella enorme masa cayó dispersa en medio del antiguo mundo. Cada desmembración formó entonces una Nación Independiente conforme a su situación o a sus intereses; pero con la diferencia de que aquellos Miembros volvían a restablecer sus primeras asociaciones. Nosotros ni aun conservamos los vestigios de lo que fué en otro tiempo: no somos Europeos, no somos Indios sino una especie media entre los Aborígenes y los Españoles. Americanos por nacimiento y Europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de poseción, y de mantenernos en el pays que nos vió nacer contra la oposición de los invasores; así nuestro caso es el mas extraordinario y complicado.

Meditad bien vuestra elección Legisladores. No olvideis que vais a echar los fundamentos a un Pueblo naciente que podrá elevarse a la grandeza que la naturaleza le ha señalado, si vosotros proporcionais su base al eminente rango que le espera. Si vuestra elección no está precidida por el genio Tutelar de Venezuela que debe inspiraros el acierto al escoger la naturaleza y la forma de Gobierno que vais a adoptar para la felicidad del Pueblo; si no acertais, repito, la Esclavitud será el término de nuestra transformación.
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Muchas Naciones antiguas y modernas han sacudido la
opresión; pero son rarísimas las que han sabido gozar de
algunos preciosos momentos de Libertad; muy luego han
recaido en sus antiguos vicios políticos: por que son los
Pueblos mas bien que los Gobiernos los que arrastran
tras sí la tiranía. El hábito de la dominación los hace
insencible a los encantos del honor y de la prosperidad nacional, y miran con indolencia la gloria de vivir en el movimiento de la Libertad, bajo la tutela de Leyes dictadas
por su propia voluntad. Los fastos del universo proclaman esta espantosa verdad.
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Solo la Democracia, en mi concepto, es susceptible de una absoluta Libertad; pero ¿cuál es el Gobierno Democrático que ha reunido a un tiempo poder, prosperidad, y permanencia?
A pesar de tan crueles reflecciones, yo me siento arrebatado de gozo por lo grandes pasos que ha dado nuestra
República al entrar en su noble carrera. Amando lo mas útil, animada de lo mas justo,y aspirando a lo mas perfecto
al separarse Venezuela de la Nación Española, ha recobrado su Yndependencia, [y] [6] su [7] Libertad, su igualdad,
su Soberanía Nacional constituyendose en una República Democrática, proscribió la Monarquía, las distinciones,
la Nobleza, los fueros, los privilegios: declaró los derechos del hombre, la libertad de obrar, de pensar, de hablar, y
de escribir.
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Hay sentimientos que no se pueden contener en el pecho de un amante de la Patria, ellos rebosan agitados por
su propia violencia; y a pesar del mismo que los abriga, una fuerza imperiosa los comunica. Estoy herido de la idea
de que el Gobierno de Venezuela debe reformarse, y aunque muchos ilustres Ciudadanos piensan como yo, no
todos tienen el arrojo necesario para profesar públicamente la adopción de nuevos principios. Esta consideración
me insta a tomar la iniciativa en un asunto de la mayor gravedad, y en hay sobrada audacia en dar avisos a los
consegeros del Pueblo [y del gobierno]. [8]
Quanto mas admiro la excelencia de la constitución federal de Venezuela, tanto mas me persuado de la
imposibilidad de su aplicación a nuestro estado.
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¿No dice el Espíritu de las Leyes que éstas deben ser propias para el Pueblo que se hacen? ¿Qué es una gran
casualidad que las de una Nación puedan convenir a otra? ¿qué las Leyes deben ser relativas a lo físico del pais, al
clima, a la calidad del terreno, a su situación, a su estensión, al género de vida de los Pueblos? ¿referirse al grado
de Libertad que la constitución puede sufrir, a la Religión de los habitantes, a sus inclinaciones, a sus riquezas, a
su número, a su Comercio, a sus Costumbres, a sus modales? ¡He aquí el Código de debiamos consultar; y no el
de Washington!!!
…
Representantes del Pueblo ¡vosotros estais llamados para consagrar o Suprimir quanto os parezca digno de ser conservado, reformado o desechado a nuestro pacto Social. A vosotros pertenece el corregir la obra de nuestros primeros Legisladores; yo querría decir, que, a vosotros toca cubrir una parte de las bellezas que contiene nuestro Código político; por que, no todos los corazones están formados para amar a todas las beldades; ni todos los ojos, son capases de soportar la Luz celestial de la perfección.
Mi opinión es, Legisladores, que el principio fundamental de nuestro sistema, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela. Que los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la Sociedad, está sancionado por la pluralidad de los Sabios; como también lo está, que, no todos los hombres nacen igualmente aptos a la obtención de todos los rangos; pues todos deben practicar la virtud, y no todos la practican; todos deben ser valerosos, y todos no lo son; todos debeis poseer talentos, y todos no los poseen. … La naturaleza hace a los hombres desiguales en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. (diferente). Las Leyes corrigen esta diferencia por que colocan al individuo en la Sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia propiamente llamada política y social.
…
Séame permitido llamar la atencion del Congreso sobre una materia que puede ser de una importancia vital.
Tengamos presentes que nuestro pueblo no es el Europeo, ni el Americano del Norte; que mas bien es un compuesto
de Africa y de América, que una emanación de la Europa; que hasta la España misma, deja de ser Europea por su
sangre Africana, por sus instituciones, por su carácter. Es imposible asignar con propiedad, a que familia humana
pertenecemos. La mayor parte del indígeno se ha aniquilado, el Europeo se ha mezclado con el Americano y con
el Africano, y este se ha mezclado con el Indio y con el Europeo. Nacidos todos del seno de una misma Madre,
nuestros Padres diferentes en origen en Sangre, son extranjeros, y todos difieren visiblemente en la epidermis: esta
desemejanza traer un reato de mayor trascendencia.
…
Habiendo ya cumplido con la justicia, con la humanidad, cumplamos ahora con la política, con la sociedad,
hallanando las dificultades que opone un sistema tan sencillo y natural, mas tan débil que el menor tropiezo lo
trastorna, lo arruina.
…
El sistema de Gobierno mas perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de
seguridad social, y mayor suma de estabilidad política. por las reyes que dictó el primer Congreso tenemos derecho
de esperar que la dicha sea el dote de Venezuela; y por las vuestras, debemos lisongearnos que, la seguridad y la
estabilidad eternizarán esta dicha. A vosotros toca resolver el Problema ¿Cómo después de haber roto todas las
trabas de nuestra antigua opresión, podemos hacer la obra maravillosa de evitar que los restos de nuestros duros
hierros, no se cambien en armas liberticidas?
…
Un Gobierno Repúblicano ha sido, es, y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del Pueblo,
la división de los Poderes, la Libertad civil, la proscripción de la Esclavitud, la abolición de la Monarquía y de los
privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digamoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las
opiniones políticas, y las costumbres públicas. Luego estendiendo la vista sobre el vasto campo que nos falta por
recorrer, fijemos la atención sobre los peligros que debemos evitar.
…
Ya disfruta el Pueblo de Venezuela de los derechos que legítima y fácilmente puede gozar, moderemos ahora el
ímpetu de las inmoderadas pretenciones que quizás le sucitaria la forma de un Gobierno incompetente para él:
abandonemos las formas federales que no nos combienen: abandonemos el Triumbirato del Poder Ejecutivo, y
concentrándolo en un Presidente, confiemosle la autoridad suficiente para que logre mantenerse luchando contra
los inconvenientes anexos a nuestra reciente situación, al estado de guerra que sufrimos, y a la especie de los
enemigos externos y domésticos contra quienes tendremos largo tiempo que combatir. Que el Poder Legislativo
se desprenda de las atribuciones que corresponden al Ejecutivo, y adquiera no obstante nueva consistencia,
nueva influencia en el equilibrio de las autoridades. Que los tribunales sean reforzados por la estabilidad y la
Independencia de los jueces, por el establecimiento de Jurados, de códigos Civiles y Criminales que no sean
dictados por la antigüedad, ni por Reyes conquistadores, sino por la voz de la naturaleza, por el grito de la Justicia,
y por el Genio de la sabiduría.
Mi deseo es que todas las partes del Gobierno y Administración, adquieran el grado de vigor que unicamente
puede mantener el equilibrio, no solo entre los Miembros que componen el Gobierno sino entre las diferentes
fracciones de que se compone nuestra Sociedad. Nada importaría que los resortes de un sistema político se
relaxasen por su debilidad, si esta relaxación no arrastrase consigo la disolución del cuerpo social, y la ruina de
los asociados. Los gritos del género humano en los Campos de Batalla, ó en los campos tumultuarios, claman al
cielo contra los inconsiderados y ciegos Legisladores que han pensado que se puede hacer impunemente ensayos de quiméricas instituciones. Todos los Pueblos del Mundo han pretendido la Libertad, los unos por las armas,
los otros por las Leyes, pasando alternativamente de la Anarquía al Despotismo, o del Despotismo a la Anarquía:
muy pocos son los que se han contentado con pretenciones moderadas, constituyéndose de un modo conforme
a sus medios, a su espíritu y a sus circunstancias. No aspiremos a lo imposible, no sea que por elevarnos sobre
la Región de la Libertad, descendamos a la región de la Tiranía. De la Libertad Absoluta se desciende siempre al
Poder absoluto, y el medio entre estos dos términos es la Suprema Libertad Social. Teorías abstractas son las que
producen la perniciosa idea de una Libertad ilimitada. Hagamos que la fuerza pública se contenga en los límites
que la razón y el interés prescriben: que la voluntad nacional se contenga en los límites que un justo poder le
señala: que una Legislación civil y criminal análoga a nuestra actual constitución domine imperiosamente sobre
el Poder judiciario, y entonces habrá un equilibrio, y no habrá el choque que embaraza la marcha del Estado; y no
habrá esa complicación que traba, en vez de ligar la Sociedad.
Para formar un Gobierno estable se requiere la base de un espíritu nacional que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales, moderar la voluntad general, y limitar la autoridad pública: los términos que fijan teóricamente estos dos puntos, son de una difícil asignación; pero se puede concebir que la regla que debe dirigirlos, es la restricción, y la concentración recíproca a fin de que haya la menor frotación posible entre la voluntad, y el Poder lexítimo. Esta ciencia se adquiere insensiblemente por la práctica y por el estudio. El progreso de las luces es el que ensancha el progreso de la práctica, y la rectitud del espíritu, es la que ensancha el progreso de las luces.
El amor a la Patria, el amor a las Leyes, el amor a los Magistados, son las nobles pasiones que deben absorver exclusivamente el alma de un Republicano. Los venezolanos aman la Patria, pero no aman sus Leyes; por que estas han sido nocivas y eran la fuente del mal: Tampoco han podido amar a sus Magistrados por que eran iniqüos, y los nuevos apenas son conocidos en la carrera en que han entrado. Si no hay un respeto sagrado por la Patria, por las Leyes, por las Autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo: es un conflicto singular de hombre a hombre, de Cuerpo a Cuerpo.
Hombres que se han desprendido de todos los goces, de todos los bienes que antes poseían, como el producto de su virtud y talentos: hombres que han esperimentado quanto es cruel en una guerra horrorosa, padeciendo las privaciones mas dolorosas, y los tormentos mas acerbos; hombres tan Beneméritos de la Patria; han debido llamar la atención del Gobierno; en consecuencia he mandado recompensarlos con los bienes de la Nación.
El Congreso de la República de Venezuela está instalado: en él reside desde este momento la Soberanía Nacional: todos le debemos obediencia y fidelidad: mi espada y la de mis ilustres compañeros de armas sostendrán su augusta autoridad. Viva el Congreso. (se esclama hasta por tercera vez)
Para sacar de este caos nuestra reciente República, todas nuestras facultades morales no serán bastantes sino fundimos la masa del Pueblo en un todo: la composición del Gobierno en un todo la Legislación en un todo, y el espíritu nacional en un todo. Unidad, unidad, unidad, debe ser nuestra divisa. La sangre de nuestros ciudadanos, es diferente, mezclémosla para unirla, nuestra constitución ha dividido los Poderes enlazémoslos para unirlos: nuestras Leyes son funestas reliquias de todos los despotismos antiguos y modernos, que este Edificio monstruoso se derribe, caiga; y apartando hasta sus ruinas, elevemos un templo a la Justicia, y bajo los auspicios de su santa inspiración, dictemos un código de Leyes Venezolanas. Si queremos consultar monumentos y modelos de Legislación, la Gran Bretaña, la Francia, la America Septentrional los ofrecen (Divinos) admirables.
La educación popular debe ser el ciudado primogénito del amor Paternal del Congreso. Moral y luces son los Polos de un República: moral y luces son nuestras primeras necesidades. Tomemos de Atenas su Areópago, y los guardianes de las costumbres y de las Leyes; tomemos de Roma sus Censores y sus Tribunales domésticos, y haciendo una santa alianza de estas instituciones morales, renovemos en el Mundo la idea de un Pueblo que no se contenta con ser Libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso. Tomemos de Esparta sus austeros establecimientos y (reuniendo) formando de estos tres manantiales una fuente de virtud, demos a nuestra República una quarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres, y la moral Republicana. Constituyamos este Areópago para que vele sobre la educación de los niños, sobre la instrucción Nacional; para que purifique lo que se haya corrompido en la República; que acuse la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria el osio la negligencia, de los ciudadanos: que juzgue de los principios de corrupción, de los ejemplos perniciosos. Debiendo corregir las costumbres con penas morales, como la Leyes castigan los delitos, con penas aflictivas, no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla; no solamente lo que las ataca, sino lo que la debilita, y no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que viola el respeto público. La jurisdicción de este Tribunal verdaderamente Santo, deberá ser efectiva con respecto a la educación, y a la instrucción, y de opinión solamente en las penas y castigos. Pero sus anales o registros donde se consignen sus actas y deliberaciones, los principios morales y las acciones de los Ciudadanos, serán los libros de la virtud y del vicio. Libros que consultará el Pueblo para sus elecciones, los Magistrados para sus resoluciones, y los jueces para sus juicios. Una institución semejante por mas que parezca quimérica, es infinitamente mas realizable que otras que algunos Legisladores antiguos y modernos han establecido con menos utilidad del espíritu humano.
Legisladores. Por el proyecto de constitución que reverentemente someto a vuestra sabiduría, observareis el espíritu que la ha dictado. Al proponeros la división de los ciudadanos en activos y pasivos, he pretendido excitar la prosperidad nacional por las dos mas grandes palancas de la industria, el trabajo, y el saber. Estimulando estos dos poderosos resortes de la sociedad, se alcanza lo mas difícil entre (contra) los hombres, hacerlos honrados y felices. Poniendo restricciones justas y prudentes en las Asambleas primarias y Electorales ponemos el primer Dique a la licencia Popular, evitando la concurrencia tumultuaria y ciega que en todos tiempos ha imprimido el desacierto en las Elecciones, y ha ligado por consiguiente el desacierto a los Magistrados y a la marcha del Gobierno; pues este acto primordial, es el acto generativo, de la Libertad, o de la Esclavitud de un Pueblo.
Aumentando en la balanza de los Poderes el peso del congreso por el número de los Legisladores, y por la naturaleza del Senado, he procurado darle una base fija a este primer cuerpo de la Nación, y revestirlo de una consideración importantisíma para el éxito de sus funciones soberanas.
Separando con limites bien señalados la jurisdicción Ejecutiva, de la jurisdicción Legislativa no me he propuesto dividir sino enlazar con los vínculos de la armonía que nace de la Independencia, estas potestades supremas cuyo choque prolongado jamás ha dejado de aterrar a uno de los contendientes. Quando deseo atribuir al Ejecutivo una suma de facultades superior a la que antes gozaba, no he deseado autorizar un Déspota para que tiranize la República, sino impedir que el Despotismo deliberante no sea la causa inmediata de un círculo de visisitudes despóticas, en que alternativamente la Anarquía sea reemplazada por la oligarquía y por la Monocracia. Al pedir la estabilidad de los jueces, la creación de jurados, y un nuevo Código, he pedido al Congreso la garantía de la Libertad civil, la mas preciosa, la mas justa, la mas necesaria, en una palabra, la única Libertad, pues que sin ella las demás son nulas. He pedido la corrección de los mas lamentables abusos que sufre nuestra judicatura, por su origen vicioso de este piélago de Legislación Española que semejante al tiempo recoge de todas las edades y de todos los hombres; así las obras de la demencia, como las de talento, así las producciones sensatas, como las extrabagantes, así los monumentos del ingenio, como los del capricho. Esta Enciclopedia judiciaria, Monstruo de diez mil Cavezas, que hasta ahora ha sido el azote de los pueblos Españoles, es el Suplicio mas refinado que la cólera del cielo ha permitido descargar sobre este desdichado Imperio.
Meditando sobre el modo efectivo de regenerar el carácter y las costumbres que la tiranía y la guerra nos ha dado, me he sentido la audacia de inventar un Poder Moral, sacado del fondo de la obscura antigüedad, y de aquellas olvidadas Leyes que mantuvieron algún tiempo la virtud, entre los Griegos y Romanos. Y bien puede ser tenido por un cándido delirio; mas (no) es posible; y yo me lisongeo que no desdeñareis enteramente un pensamiento que mejorado por la esperiencia y las luces, puede llegar a ser muy eficaz.
Horrorizado por la divergencia que ha reinado, y debe reinar entre nosotros por el espíritu sutil que caracteriza al Gobierno federativo, he sido arrastrado a rogaros para que adopteis el Centralismo y la reunión de todos los Estados de Venezuela en una República sola o indivisible. Esta medida, en mi opinión es, urgente, es vital, es redentora; es de tal naturaleza que sin ella el fruto de nuestra regeneración será la muerte. Mi deber es, Legisladores, presentaros un quadro prolixo y fiel de mi Administración Política, Civil, y Militar, mas sería cansar demasiado vuestra importante atención, y privaros en este momento de un tiempo tan precioso como urgente. En consequencia los Secretarios de Estado darán cuanta al Congreso de sus diferentes Departamentos exibiendo al mismo tiempo los documentos y Archivos que servirán de ilustración para tomar un exacto conocimiento del estado Real y positivo de la República.
Yo no os hablaría de los actos mas notables de mi mando, si estos no incumbiesen a la mayoría de los Venezolanos. Se trata Señor de las resoluciones mas importantes de este último período. La atroz e impía Esclavitud cubría con su negro manto la tierra de Venezuela, y nuestro Cielo se hallaba recargado de tempestuosas Nubes. que amenazaban un Diluvio de fuego. Yo imploré la protección del Dios de la humanidad, y luego la Redención disipó las tempestades. La Esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiberio en armas de Libertad. ..Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma, o la revocación de todos mis estatutos y Decretos; pero yo imploro la confirmación de la Libertad absoluta de los Esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la Republica.
La educación popular debe ser el ciudado primogénito del amor Paternal del Congreso. Moral y luces son los Polos de un República: moral y luces son nuestras primeras necesidades. Tomemos de Atenas su Areópago, y los guardianes de las costumbres y de las Leyes; tomemos de Roma sus Censores y sus Tribunales domésticos, y haciendo una santa alianza de estas instituciones morales, renovemos en el Mundo la idea de un Pueblo que no se contenta con ser Libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso. Tomemos de Esparta sus austeros establecimientos y (reuniendo) formando de estos tres manantiales una fuente de virtud, demos a nuestra República una quarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres, y la moral Republicana. Constituyamos este Areópago para que vele sobre la educación de los niños, sobre la instrucción Nacional; para que purifique lo que se haya corrompido en la República; que acuse la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria el osio la negligencia, de los ciudadanos: que juzgue de los principios de corrupción, de los ejemplos perniciosos. Debiendo corregir las costumbres con penas morales, como la Leyes castigan los delitos, con penas aflictivas, no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla; no solamente lo que las ataca, sino lo que la debilita, y no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que viola el respeto público. La jurisdicción de este Tribunal verdaderamente Santo, deberá ser efectiva con respecto a la educación, y a la instrucción, y de opinión solamente en las penas y castigos. Pero sus anales o registros donde se consignen sus actas y deliberaciones, los principios morales y las acciones de los Ciudadanos, serán los libros de la virtud y del vicio. Libros que consultará el Pueblo para sus elecciones, los Magistrados para sus resoluciones, y los jueces para sus juicios. Una institución semejante por mas que parezca quimérica, es infinitamente mas realizable que otras que algunos Legisladores antiguos y modernos han establecido con menos utilidad del espíritu humano.
Legisladores. Por el proyecto de constitución que reverentemente someto a vuestra sabiduría, observareis el espíritu que la ha dictado. Al proponeros la división de los ciudadanos en activos y pasivos, he pretendido excitar la prosperidad nacional por las dos mas grandes palancas de la industria, el trabajo, y el saber. Estimulando estos dos poderosos resortes de la sociedad, se alcanza lo mas difícil entre (contra) los hombres, hacerlos honrados y felices. Poniendo restricciones justas y prudentes en las Asambleas primarias y Electorales ponemos el primer Dique a la licencia Popular, evitando la concurrencia tumultuaria y ciega que en todos tiempos ha imprimido el desacierto en las Elecciones, y ha ligado por consiguiente el desacierto a los Magistrados y a la marcha del Gobierno; pues este acto primordial, es el acto generativo, de la Libertad, o de la Esclavitud de un Pueblo.
Aumentando en la balanza de los Poderes el peso del congreso por el número de los Legisladores, y por la naturaleza del Senado, he procurado darle una base fija a este primer cuerpo de la Nación, y revestirlo de una consideración importantisíma para el éxito de sus funciones soberanas.
Separando con limites bien señalados la jurisdicción Ejecutiva, de la jurisdicción Legislativa no me he propuesto dividir sino enlazar con los vínculos de la armonía que nace de la Independencia, estas potestades supremas cuyo choque prolongado jamás ha dejado de aterrar a uno de los contendientes. Quando deseo atribuir al Ejecutivo una suma de facultades superior a la que antes gozaba, no he deseado autorizar un Déspota para que tiranize la República, sino impedir que el Despotismo deliberante no sea la causa inmediata de un círculo de visisitudes despóticas, en que alternativamente la Anarquía sea reemplazada por la oligarquía y por la Monocracia. Al pedir la estabilidad de los jueces, la creación de jurados, y un nuevo Código, he pedido al Congreso la garantía de la Libertad civil, la mas preciosa, la mas justa, la mas necesaria, en una palabra, la única Libertad, pues que sin ella las demás son nulas. He pedido la corrección de los mas lamentables abusos que sufre nuestra judicatura, por su origen vicioso de este piélago de Legislación Española que semejante al tiempo recoge de todas las edades y de todos los hombres; así las obras de la demencia, como las de talento, así las producciones sensatas, como las extrabagantes, así los monumentos del ingenio, como los del capricho. Esta Enciclopedia judiciaria, Monstruo de diez mil Cavezas, que hasta ahora ha sido el azote de los pueblos Españoles, es el Suplicio mas refinado que la cólera del cielo ha permitido descargar sobre este desdichado Imperio.
Meditando sobre el modo efectivo de regenerar el carácter y las costumbres que la tiranía y la guerra nos ha dado, me he sentido la audacia de inventar un Poder Moral, sacado del fondo de la obscura antigüedad, y de aquellas olvidadas Leyes que mantuvieron algún tiempo la virtud, entre los Griegos y Romanos. Y bien puede ser tenido por un cándido delirio; mas (no) es posible; y yo me lisongeo que no desdeñareis enteramente un pensamiento que mejorado por la esperiencia y las luces, puede llegar a ser muy eficaz.
Horrorizado por la divergencia que ha reinado, y debe reinar entre nosotros por el espíritu sutil que caracteriza al Gobierno federativo, he sido arrastrado a rogaros para que adopteis el Centralismo y la reunión de todos los Estados de Venezuela en una República sola o indivisible. Esta medida, en mi opinión es, urgente, es vital, es redentora; es de tal naturaleza que sin ella el fruto de nuestra regeneración será la muerte. Mi deber es, Legisladores, presentaros un quadro prolixo y fiel de mi Administración Política, Civil, y Militar, mas sería cansar demasiado vuestra importante atención, y privaros en este momento de un tiempo tan precioso como urgente. En consequencia los Secretarios de Estado darán cuanta al Congreso de sus diferentes Departamentos exibiendo al mismo tiempo los documentos y Archivos que servirán de ilustración para tomar un exacto conocimiento del estado Real y positivo de la República.
Yo no os hablaría de los actos mas notables de mi mando, si estos no incumbiesen a la mayoría de los Venezolanos. Se trata Señor de las resoluciones mas importantes de este último período. La atroz e impía Esclavitud cubría con su negro manto la tierra de Venezuela, y nuestro Cielo se hallaba recargado de tempestuosas Nubes. que amenazaban un Diluvio de fuego. Yo imploré la protección del Dios de la humanidad, y luego la Redención disipó las tempestades. La Esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiberio en armas de Libertad. ..Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma, o la revocación de todos mis estatutos y Decretos; pero yo imploro la confirmación de la Libertad absoluta de los Esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la Republica.
Representaros la historia Militar de Venezuela, sería recordaros la historia del heroísmo Republicano entre los antiguos, sería deciros que Venezuela ha entrado en el gran quadro de los sacrificios hechos sobre el Altar de la Libertad. Nada ha podido llenar los nobles pechos de nuestros generosos guerreros, sino los honores sublimes que se tributan a los bienhechores del género humano. No combatiendo por el poder, ni por la fortuna, ni aún por la gloria, sino tan solo por la Libertad, títulos de Libertadores de la República, son sus dignos galardones. Yo, pues, fundado una sociedad sagrada con estos inclitos barones, he instituido el órden de los Libertadores de Venezuela. Legisladores, a vosotros pertenece las facultades de conceder honores y condecoraciones, vuestro es el deber de ejercer este acto augusto de la gratitud nacional.
Ya que por infinitos triunfos hemos logrado anonadar las huestes Españolas, desesperada la Corte de Madrid ha
pretendido sorprender vanamente la conciencia magnánimos soberanos que acaban de estirpar la usurpación y
la tiranía en Europa; y deben ser los protectores de la legitimidad y de la justicia, de la causa Americana. Incapáz
de alcanzar con sus armas (nuestra es) nuestra sumisión recurre la España a su política insidiosa: no pudiendo
vencernos, he querido emplear sus artes suspicaces. Fernando se ha humillado hasta confesar que ha menester
de la protección extrangera para retornarnos a su ignominioso yugo ¡a un yugo que todo poder es nulo para
imponerlo! convencida Venezuela de poseer las fuerzas suficientes para repelar a sus opresores ha pronunciado
por el órgano del Gobierno, su última voluntad; de combatir hasta espirar por defender su vida política, no solo
contra la España sino contra todos los hombres, si todos los hombres se hubiesen degradado tanto, que abrazasen
la defensa de un Gobierno devorador, cuyos único móviles son una Espada esterminadora, y las llamas de la
Inquisición. Un Gobierno que ya no quiere dominios sino desiertos: ciudades, sino ruinas; vasallos, sino tumbas.
La Declaración de la República de Venezuela es la Acta mas gloriosa, mas heróica, mas digna de un Pueblo Libre;
es la que con mayor satisfacción tengo el honor de ofrecer al congreso, ya sancionada por la espresión unánime del
Pueblo libre de Venezuela.
…
Al contemplar la reunión de esta inmensa comarca, mi alma se remonta a la eminencia que exige la perspectiva colosal, que ofrece un quadro tan asombroso. Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros y observando desde allá, con admiración y pasmo la prosperidad, el explendor, la vida que ha recibido esta basta región, me siento arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del Universo, estendiéndose sobre sus dilatadas costas entre esos océanos que la naturaleza había separado, y que nuestra Patria reune con prolongados y anchurosos canales. Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporeo a la familia humana. Ya la veo enviando a todos los recintos de la tierra, los tesoros que abrigan sus Montañas de plata y de oro. Ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo. Ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran quan superior es la suma de las luces, a la sumas de las riquezas, que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo sentada sobre el trono de la Libertad empuñando el cetro de la justicia, coronada por la Gloria, mostrar al mundo antiguo la magestad del mundo moderno.
Dignaos Legisladores acoger con indulgencia, la profesión de mi conciencia política; los últimos votos de mi corazón, y los ruegos fervorosos que a nombre del Pueblo me atrevo a dirigiros. Dignaos conceder a Venezuela un Gobierno eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía; y la culpa. Un Gobierno que haga reynar la inocencia, la humanidad, y la Paz. Un Gobierno que haga (reynar) triunfar bajo el imperio de las leyes inexorables, la igualdad y la Libertad.
Señor empezad vuestras funciones, yo he terminado las mías.
* Del original Archivo del Libertador. Volumen 100-B, folios 1 – 32. Letra de Jacinto Martel.